Incubando emprendedores

By: Juan Data
Especial para El Mensajero
November 14, 2010

Chrystos Cusigch y su bebé en la tienda Yateré de El Mercadito de la Misión.

SAN FRANCISCO — En una economía en recesión, donde grandes compañías se ven obligadas a cerrar sus puertas y miles de trabajadores pierden sus empleos, la idea de abrir un nuevo negocio puede parecer, para algunos, descabellada. En el barrio de la Misión, en San Francisco, sin embargo, un grupo de nuevos emprendedores se animan a desafiar las leyes del mercado al tiempo que ayudan a su comunidad.

Chrystos Cusigch es una joven madre soltera de ascendencia mexicana y argentina que no tenía ninguna clase de experiencia como dueña de un negocio y acaba de inaugurar Yateré, su propia tienda de ropa y artículos orgánicos para bebés. Ella y ocho personas más —casi todas mujeres— forman parte de una notable iniciativa de MEDA (Mission Economic Development Agency) que brinda apoyo a gente de bajos recursos para realizar el sueño de tener sus propios negocios.

El Mercadito en la Misión

MEDA acaba de inaugurar en la planta baja del edificio Plaza Adelante (ubicado en la esquina de Mission St. y 19th, San Francisco) lo que llaman El Mercadito. “Hubiese sido mucho más redituable para MEDA rentar ese espacio a un banco o alguna corporación”, explicó Dairo Romero, organizador comunitario de MEDA, “pero decidimos que era mejor predicar con el ejemplo y crear una incubadora de negocios”.

El término incubadora se refiere a que estos son negocios recién nacidos, que todavía no están listos para salir a competir en el mercado abierto sin el respaldo de una organización que los guíe y apoye.

A través de sus talleres para nuevos emprendedores, MEDA ofrece clases de finanzas y mercadotecnia para principiantes y ayuda a los que participan de esos programas a crear sus planes de negocio y materalizarlos. También proveen a los emprendedores de micro préstamos con bajas tazas de interés para ir formando el capital. Entre los participantes, MEDA seleccionó a nueve negocios, con la condición de que no compitiecen entre sí, sino que se complementasen, para formar parte de El Mercadito.

Los negocios de El Mercadito tienen un plazo de cinco años para dejar “la incubadora”, crecer, desarrollarse y lanzarse al mundo por su cuenta “y esperamos que cumplido ese plazo puedan abrir su propio negocio por sí solos y dejen su lugar para otros negocios nuevos que recién empiezan”, expresó Romero el 28 de octubre después de la inauguración de El Mercadito.

Mujeres Emprendedoras

Chrystos llegó a MEDA hace poco más de un año con la idea de independizarse y tener su propio negocio. Anteriormente trabajaba para UCSF donde también tomaba clases de ciencias y biología. Pero desde que tuvo a su hija Yaci, surgió la intención de cambiar de rubro. “Despues de tener a mi bebé decidí que quería tener un negocio donde promocionar la ropa orgánica para la comunidad latina”, contó la propietaria de Yateré.

“Yo siempre veía que las cosas orgánicas son mejores para la salud, pero también son muy caras y desgraciadamente en la comunidad latina no tenemos mucho acceso a eso”, afirmó.

Chrystos conocía a Dairo Romero a través de su familia y fue por sugerencia suya que se animó a acercarse a los talleres de MEDA. “Les dije cuál era la idea de lo que yo quería hacer y ellos me ayudaron a desarrollar mi plan de negocios. Nos dieron clases de mercadotecnia, de finanzas, todo eso. Yo no tenía ni idea. También nos ayudaron económicamente. Prestan loans (créditos) a bajo interés. Sin ese préstamo no hubiese podido arrancar, el comienzo es lo más difícil”.

La historia de Chrystos es sólo una de muchas, todas similares entre sí. Y según Romero, no es casualidad que ocho de los nueve dueños de locales sean mujeres, “las mujeres son más emprendedoras, tienen mayor instinto de supervivencia y como dicen, le echan más ganas”.

Basta con entrar a El Mercadito para percibir el reinante ambiente de camaradería entre los negocios. “Cuando entras al Mercadito, sientes que estamos todos juntos”, dijo Patricia Torres, dueña de otro de los negocios recién abiertos, durante su emotivo discurso en el acto de inauguración. “Parecemos una gran familia, todos estamos aprendiendo juntos y nos ayudamos mutuamente”, concluyó Chrystos.

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